jueves, 5 de marzo de 2009

La agresividad en los niños

La agresión es normal y necesaria para la adaptación del niño a su entorno. Las reacciones agresivas son esperables, pero cuando se repiten con frecuencia y se convierten en un estilo, podemos decir que estamos frente a un problema.
La agresión es una dimensión de una conducta dirigida a procurar dolor o dañar de algún modo a otro organismo, generalmente para lograr poseer algo que deseamos. Todos, de alguna forma, hemos recurrido a la agresión, ya sea para protegernos de algo o para obtener un beneficio. Pero ¿Cuándo los niños comienzan a transformarse de bellos angelitos en máquinas que reparten golpes al menor obstáculo que encuentran? A partir del primer año, cuando tratan de obtener algún objeto que les interesa, quien lo tiene es más bien un adversario aun si es un obstáculo inanimado. Entonces, tratan de agredirlo para lograr lo que quieren. Se trata de una agresión instrumental: busca una meta y es muy común en la niñez temprana (2 a 5 años), siendo el origen de buena parte de las peleas el control del espacio y la posesión de juguetes.Después de los 6 años, la mayoría de los niños se vuelven menos agresivos, ya que sitúan sus capacidades de empatía – ponerse en el lugar del otro- en un contexto más verbal, de manera que usan el instrumento lingüístico como un elemento de control de la acción y, además, entienden el valor de la cooperación en la resolución de conflictos, es decir, entienden que las personas podemos tener intereses contrapuestos que pueden ser negociados.
La agresión como rasgo está relacionada con la incapacidad de las personas para manejar sus emociones, específicamente con una baja tolerancia a la frustración y poco autocontrol. El sentimiento que está en la base de las conductas agresivas es la cólera y la ira pobremente canalizadas. Un problema central es que estos niños no se ponen en contacto con sus sentimientos ni los de los demás, así como en un pobre juicio acerca del impacto de sus acciones en terceros.
Factores que influyen en la agresión:
Factores Culturales
Es innegable que ciertas culturas promueven perfiles más o menos agresivos en sus integrantes. Las hay que esperan de sus miembros conductas marcadamente pacifistas como los Arapesh en Nueva Guinea o los Lepshas en el Himalaya: la mayoría coopera y trabaja por el bien común.
Contrariamente, los Ik de Uganda están en constante rivalidad por el dominio y la supervivencia, se roban entre sí y hasta llegan a matarse, si es necesario, para obtener más alimento. Sin ir muy lejos, en América Latina tenemos países con una alta incidencia de hechos violentos: no olvidemos que en nuestro país hubo una guerra interna que costó miles de muertos y que en Colombia la violencia es endémica. Las zonas urbanas, especialmente las marginales, muestran mayores niveles de delincuencia y agresión que las zonas de clase media o alta. Sin duda el factor económico juega un papel importante en las expresiones de violencia en las diferentes culturas y niveles socioeconómicos. La frustración que experimentan ciertos niveles de la población al no poder adquirir todo lo que el mundo globalizado dice ofrecer afecta especialmente a niños y jóvenes.
Factores familiares
Las prácticas de crianza de los padres son un factor fundamental para el desarrollo de la agresividad. Muchos estudios demuestran que los padres fríos y rechazantes, que utilizan la “afirmación del poder” como técnica para disciplinar –incluyendo agresión física- tienden a criar niños agresivos.La agresión física como técnica para disciplinar no es la mas adecuada, no sólo porque causa daño físico y humillación, sino porque el niño cada vez se hace más resistente a ello y, en algunas ocasiones, puede devolver violencia con violencia. Por otro lado, es una contradicción flagrante enseñar autocontrol con descontrol –que es lo que ocurre casi siempre que pegamos- y buenos modales a cahetadas. En efecto, si agredimos a un niño por ser agresivo, el mensaje que estamos produciendo es que agredir cuando uno está molesto, cuando no nos hacen caso, es correcto.
La agresión genera un círculo vicioso que, en lugar de corregir, daña más y trae consigo peores consecuencias.Los diversos conflictos entre los padres, ya sea agresión verbal o física, tienden a provocar problemas emocionales y diversos desórdenes de conducta, específicamente conductas agresivas. Los padres que no acostumbran dialogar para solucionar sus problemas y diferencias, que no se escuchan entre sí, que no son tolerantes y que explotan ante la más mínima falla del otro, y que en sus “conversaciones” utilizan reproches, insultos, amenazas, están enseñando a sus hijos que cuando otra persona nos molesta, el grito destemplado, el insulto humillante y el golpe son una solución.
Factores individuales
El temperamento del niño también es un factor que interviene en el desarrollo de conductas agresivas. Los niños muy activos, impulsivos, “toscos”, fácilmente pueden agredir a otros niños quienes al responder establecen una cadena de golpes, patadas y arañazos interminable. Por otro lado, los padres de estos niños tienden a perder el control fácilmente, recurriendo a la técnica más rápida para parar las malas conductas: la agresión. Medios de comunicaciónUn tema importante en el estudio de la conducta agresiva son los medios de comunicación, especialmente la televisión. Muchas investigaciones se han llevado a cabo para determinar si los programas que los niños ven y que están cargados de agresividad, pueden ocasionar conductas agresivas. No se ha llegado a una conclusión definitiva. Algunos estudios sostienen que una fuerte dieta de violencia televisiva puede instigar conductas agresivas en los niños, sobre todo en los más agresivos, y favorecer el desarrollo de hábitos agresivos y antisociales. Existe una mayor probabilidad de que se imiten las conductas agresivas de los dibujos animados, de las películas o de los video juegos, cuando el héroe de la historia despliega una gran gama de conductas agresivas para hacer justicia o para lograr lo que quiere.Es importante, entonces, prestar atención a lo que los niños ven en la televisión, saber qué juegos de video prefieren, comentándolos con ellos para explorar las diferencias entre fantasía y realidad, así como las dimensiones morales y éticas de esos materiales. Es importante brindar orientación adecuada sobre las consecuencias de agredir a “alguien de verdad” y los beneficios de hablar sobre lo que necesitamos y deseamos antes de actuar. Todo esto, por supuesto, tiene que estar relacionado con un modelo adecuado de diálogo entre los padres.
¿Qué debemos hacer frente a las conductas agresivas de un niño?
• Observar en qué momentos se dan y prevenirlas.
• Evitar que los niños pasen mucho tiempo con niños que demuestran conductas agresivas.
• No usar castigo físico, ya que trae como consecuencia más agresividad.
• Establecer reglas claras en casa, y las consecuencias que conlleva no cumplir con ellas
• Supervisar los programas de televisión y hablar sobre ellos.
• En los momentos de rabietas o después de las conductas agresivas, utilizar el tiempo fuera: llevar al niño a un lugar tranquilo – un minuto por año- para que se calme y luego conversar sobre lo ocurrido.
• Ayudar a expresar emociones, explicando que sentirlas – las positivas y negativas- y mostrarlas es adecuado.
• Es útil dar una almohada, o un muñeco porfiado inflable, para que se pueda descargar ira sin causar daño.
• Premiar conductas no agresivas con un halago, abrazo y frases como “¡muy bien hecho!” y realizando actividades agradables.
• No ceder ante una demanda que se haga en términos agresivos. Si el niño grita pidiendo un caramelo o un chocolate, hay que decirles que lo haga adecuadamente.
• Ante un evento agresivo, es importante no perder la calma, agarrar al niño de los brazos para evitar que siga agrediendo o que se agreda a sí mismo. Mirarlo a los ojos y decirle que sabemos lo que estás sintiendo –rabia, cólera- y que es mejor calmarse para hablar sobre lo sucedido.
• Si las conductas agresivas no disminuyen, es necesario acudir a un especialista quien haga una evaluación integra.

sábado, 21 de febrero de 2009

Hola Amigos

¡Hola amigos! estoy en esta nueva experiencia de poder compartir con ustedes muchas cosas buenas de nuestra linda carrera.